Nuestros Orígenes
Don Antonio Benavides de Toro hereda los primeros viñedos gracias a su madre.
Esto daría origen al nombre del Lagar.
La familia Burgos entra a formar parte de este negocio quedándose hasta principios del S.XXI.
Esta familia se encuentra una cosecha realizada en 1821 la cual deciden embotellar años mas tarde.
En este siglo surgen muchos acontecimientos los cuales llevan al Lagar al éxito y también a la crisis.
El vino de marca registrada “Benavides-BURGOS” llego a ser vendido, comercializado y exportado a los cinco continentes.
El Ilmo. Sr. D. Juan de Burgos Luque diputado en cortes conseguiría los años de mayor éxito del lagar ya que obtuvo
varios premios y reconocimientos. Destacando entre ellos el premio obtenido el 3 de diciembre de 1909 a la mejor
explotación agrícola andaluza, concedido por el Consejo de Vigilancia de la Granja Escuela Practica de Agricultura de Jerez de la Frontera (Cádiz).
Más tarde vendrían los dos principales años de gloria para esta empresa. 1916 y 1917, marcados por la calidad.
Este vino, fue incluido entre las cartas de vinos en la cena de nochebuena del 24 de diciembre de 1916 en el famoso Hotel Ritz de Madrid,
acompañado del Chateau Margaux de 1896 y al Brut Imperial Moet et Chandon. Y en la cena celebrada en el mismo grandioso hotel,
en la madrugada del 1º de enero del año 1917, acompañando al Heidsteck Brut, entre cuyos comensales se encontraban los Reyes de España.
También formo parte del banquete que el Excmo. Sr. Duque de Almodóvar del Valle, ofreció el 24 de enero de 1917 en el hotel mencionado anteriormente.
Y en el menú servido por la Casa de Lhardy en el Banco de España, en la reunión de sus accionistas, celebrada el día 11 de marzo de 1917.
Aunque este auge comercial se basaba en la calidad de los vinos, algo que nunca debió de olvidarse y que resultaba fundamental
para su mantenimiento y estabilidad posterior. En el momento en el que este aspecto se olvido o se ignoro, la crisis llego de manera inevitable.
La magnifica aceptación en el mercado de aquellos vinos hubiera exigido aplicar medidas como la ampliación de la producción o, en su defecto,
emprender una política de producción limitada a las posibilidades concretas de la empresa. Como ninguna de las dos acciones tuvo aplicación,
llevo al lagar a una crisis comercial y a una necesidad de inyección de fondos para sacar a flote a la empresa vitivinícola.
Manteniendo los vinos durante unos años sin estar a la venta hasta que las soleras vuelven a recuperar la calidad deseada para los paladares exquisitos de este vino.
Esto se llega a lograr cuando los hermanos Don Rafael y Don Eduardo Burgos Carrillo (dos de los hijos del antiguo dueño) se encuentran al mando.
En 1975, empezaría la cuarta generación de los Burgos al mando de tres de los hijos de Don Rafael ya que Don Eduardo no tuvo ninguno.
Estos fueron Don Juan Ignacio, Don Rafael y Maruca Burgos López. En esta cuarta generación cabe destacar la construcción
de un pequeño embalse para el agua con el fin de dar riego de apoyo en el verano cuando la uva esta madurando.
Fue entonces en el año 19 cuando Don Juan Ignacio compra el Lagar a sus hermanos y las bodegas Málaga Virgen, fusionando así los dos negocios.
En el año 2011 Don Juan Ignacio de Burgos fallece y pasa el negocio a su hija Piluca de Burgos López
la cual decide poner en venta el lagar para dedicarse de lleno al otro negocio familiar en Málaga.
Así nace en 2015 una nueva etapa para el Lagar, cuando los hermanos José Luis y Manuel de Aragón Aparicio
deciden comprar esta bodega para seguir dándole el lugar que le corresponde.
